martes, 17 de mayo de 2011

Un territorio demasiado ocupado

Frenar la urbanización dispersa, un nuevo objetivo
Esta ansia urbanizadora constata una falta de sensibilidad y un desconocimiento preocupante del funcionamiento de los sistemas de la tierra, tanto a escala local como global. El conocimiento de los sistemas naturales es una condición para desplegar una planificación territorial sensible a los aspectos ecológicos del desarrollo.


Los espacios naturales no son ni "jardines" ni "zoológicos"
Los sistemas naturales y agrícolas son un reservorio de recursos naturales porque tienen un enorme potencial como zonas de abastecimiento de alimentos, de agua, de aire limpio, de madera, de materiales geológicos y vegetales, de suelo,...Cuidando los sistemas naturales que nos abastecen es como estamos asegurando nuestro presente y nuestro futuro. Son, junto a la ciudad compacta, nuestro capital fijo más importante.

Cuando se crean reservas o se aíslan áreas naturales, por ejemplo, con la ejecución de un plan de carreteras como el actual, se pierden especies. La subsistencia de las zonas protegidas depende de la de zonas más extensas que actúan como una banda de tránsito. Todo ello nos hace reflexionar sobre la oportunidad de ejecutar el Plan de carreteras, y en concreto el Cuarto Cinturón, porque las zonas por donde pasa tienen hoy un papel fundamental de interrelación de espacios naturales, y actúan subsanando y reduciendo los impactos potenciales sobre las reservas naturales existentes.

La urbanización dispersa...
Ocupando las tierras llanas, las vías fértiles, las cuencas de los ríos, las áreas de urbanización dispersa se sitúan como si de un ajedrez se tratara: aquí una urbanización, allá unos bloques de viviendas colectivas a una cierta distancia del núcleo antiguo, más allá unas actividades industriales siguiendo los cursos de los ríos y las vías segregadas, a continuación un gran centro comercial con unas inmensas playas de aparcamiento de vehículos, etc. Esta es la visión que se puede percibir entrando a Barcelona a una distancia de 40 km. del centro en casi cualquier dirección.
Hacia un desarrollo sostenilbe:Hoy sabemos que el planeta es vulnerable y que tiene limitadas posibilidades de regeneración. Es prioritaria una alianza de la ciencia, el desarrollo y la conservación del medio ambiente con el objetivo de hacer sostenible nuestra casa común, el planeta, y que las futuras generaciones también puedan disfrutar de él aprovechando inteligentemente los recursos.

A lo largo de los tres últimos siglos, el progreso a menudo ha ido asociado a la explotación de los recursos naturales. La naturaleza ha sido vista como un objeto al servicio de las necesidades del ser humano, a la que quería someter y dominar. La ciencia y la técnica han sido la gran herramienta que lo ha hecho posible. Pero a mediados del siglo XX se han constatado los límites de esta visión y, poco a poco, ha surgido la necesidad de un cambio de mentalidad. Los modelos de desarrollo de los países occidentales no pueden generalizarse sin amenazar la supervivencia de la biosfera. Hace falta un pacto que no bloquee el crecimiento de los países en vía de desarrollo y que, por otro lado, evite llegar a ser prisioneros de procesos incontrolables e irreversibles.
Hoy sigue siendo escandaloso que disponiendo de datos contrastados que indican la gran amenaza de supervivencia de la biosfera y de la calidad de vida de generaciones futuras, los gobiernos no tomen medidas valientes y actúen ignorando el problema o todavía planteando dudas. Urgen iniciativas que conduzcan a soluciones ecológicamente sanas, iniciativas como por ejemplo fomentar compromisos para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, fomentar normas restrictivas en materia de contaminación, fomentar controles de los fenómenos irreversibles de degradación del medio ambiente y recuperar los entornos ya degradados; favorecer, educando, la adopción de hábitos de consumo sostenibles y responsables.

Fuente: http://lasinvestigadoras5.blogspot.com/2011_01_01_archive.html

Este artículo ha sido aportado por Cristina Caballero Ojeda de 1º Bach. A.

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